jueves, 29 de septiembre de 2016

MI NUEVA CASA

Marta Altés-casa nueva-miedo-tristeza
Un pequeño mapache se siente solo ante una nueva casa, un nuevo pueblo, un nuevo colegio. Demasiadas cosas nuevas y él siente una tristeza absoluta. Se nota en las ilustraciones, cuando habla sobre su antiguo hogar es todo colores vivos, naranjas, rojos y cuando habla del actual, todo es gris, lluvioso. Pero un buen día, comienza a relacionarse con otros animales, va descubriendo que es normal sentirse triste por la distancia creada con los amigos que dejo pero tambien va descubriendo que hay cosas muy buenas en su nuevo hogar.

Un cuento muy aconsejable para niños a los que los cambios no les gustan, les entristecen o dan miedo. Es normal, y en este cuento tratan el tema con mucha sencillez y simpatia.

jueves, 22 de septiembre de 2016

¿DONDE OSO?

niño-oso-corimbo-Sophy Henn
Un bonito libro de amistad, entre un niño y un oso, con ilustraciones sencillas y pocas frases hace que el lector capte la esencia del cuento rapidamente. La amistad perdura siempre aunque tengamos que poner mucha distancia de por medio. Aunque nos hagamos mayores y no tengamos los mismos gustos, la amistad seguirá ahi.

martes, 6 de septiembre de 2016

PONERSE UNOS VAQUEROS DESPUES DEL VERANO

     Comenzamos el mes de Septiembre dedicando esta entrada a unas maravillosas personas, que llenaron  las mañanas de los martes durante todo un año de grandes relatos, divertidos cuentos y poesía, por las cuatro esquinas del pequeño rincón que compartí con ellas.
 Por ellas, y para ellas, esas mujeres increíbles, desconocidas y grandes escritoras del Taller de Escritura del Centro 8 de Marzo de Fuenlabrada este relato que en su día nuestra profesora Ursula nos pidió que hiciéramos, explicando cómo realizar una actividad, por nimia que fuera...ponerse unos pantalones, cómo subir en un ascensor, cómo utilizar los cubiertos...y el resultado fue sorprendentemente gracioso.

Reconócelo, no es que la crema solar que todavía resbala por tu piel hace que ese pantalón de la temporada pasada no suba, ni es la falta de costumbre de ir vestido, porque en veranito, ya sabemos, que llevamos puesto el bañador todo el día hasta para dormir, sino el hecho de haber cogido tres kilos más y la ropa no entra.
 Mi propósito con estas líneas es que lo haga, y siguiendo mis recomendaciones lo conseguirás. Primero, dúchate, sécate bien y no te apliques ninguna crema. Después, coge un pantalón de los que guardaste sin lavar, porque los recién lavados están imposibles, tiesos y no sirven. Y por último, concéntrate y mete la pierna derecha, luego la izquierda y tira
 hacia arriba. Seguro que se atascará un poco en esas preciosas curvas de debajo de tu trasero, pero tranquila, eso es muy normal, no es culpa tuya, los fabricantes de pantalones no entienden de curvas. Ahora ya, llega el momento crucial, toma aire, hincha bien los pulmones, mete el ombligo hacia dentro, mucho, mucho, pero que mucho, y ya está, los dientes de la cremallera se unirán unos con otros como recién enamorados. Solo quedará el botón que con una última inspiración profunda pasará por el agujero sin la menor dificultad. Lo hemos conseguido, eso sí, ahora te toca seguir respirando, pero esas instrucciones las dejaremos para otro día.